San Sebastián, glamour
En el vestíbulo del hotel María Cristina, me encontré con Edorta Jiménez, escritor vasco, especialista en Ernest Hemingway. Según Edorta, en la novela de Hemingway, “The Sun Also Rises” (Fiesta), realmente hay dos finales, uno ocurrió en Madrid y otro pasó en San Sebastián, donde Barnes, el protagonista, encontró el resultado final del conflicto en su interior. Acompañados de Edorta, repetimos los pasos de Hemingway por San Sebastián. Vino a la ciudad, junto con su primera mujer, Hadley Richardson, en la misma época en que estaba terminando su novela “Fiesta”, cuyo protagonista, Barnes, tenía las mismas experiencias que el escritor en la realidad.
Siguiendo la playafamosa de San Sebastián, la playa de la Concha, fuimos andando hasta el puerto antiguo para esperar el transbordador. Cuando el barco estaba entre el Monte Urgull y la isla de Santa Clara, justo frente a la playa de la Concha, Edorta me dijo que a Hemingway le gustaba nadar desde esta playa, una larga distancia, y que siempre subía a unas balsas para tomar el sol.
Eché un vistazo a todo lo que había ante mí, la bahía, el casco viejo, el casino, las calle arboladas y los hoteles con puertas blancas y letras doradas. A mano derecha, a lo lejos un monte rematado por un torreón, que casi bloquea la nsalida de la bahía. Sentado en el barco, mirando a lo lejos, casi podía ver todos los paisajes que se mencionan en la novela. Por supuesto, el café Marítimo, ya no existe, pero hay otros restaurantes y bares en su lugar. Es fácil pedir las bebidas que le gustaban a Hemingway, como granizado de limón o whisky con agua con gas.
De San Sebastián vamos a Guernica, por carreteras montañosas y paisaje maravillosos. El pueblo de Guernica era muy pequeño, pero se hizo famoso en todo el mundo gracias al cuadro del mismo nombre, del gran pintor, Pablo Picasso. Este cuadro fue pintado en 1937, el motivo que impulsó a Pablo Picasso a realizar la escena representada en esta gran pintura fue la noticia de los bombardeos efectuados por la aviación alemana sobre la ciudad vasca que da nombre a la obra.
En un café de Guernica, vi a un señor muy parecido a Hemingway, su barba, su mirada, su forma de hablar, su sonrisa, hasta su manejo del castellano… todo era igual a Hemingway; resultó que era su nieto, John Hemingway. En el mural del pueblo, se podía ver el cuadro ampliado de Picasso. John leyó una carta que su abuelo escribió en 1939, en la cual expresaba su verdadera opinión sobre los bombardeos al pueblo de Guernica.
Llegamos al puerto de Bermeo, rodeado de hermosos paisajes. Los ancianos con la típica boina vasca, sentados al sol, charlando. A la puerta de Helados Pereira, hay varios niños. Según dicen, el primer dueño de esta tienda empezó vendiendo helados con un carrito. A Hemingway le gustaban mucho sus helados e incluso se sacó una foto delante del carrito. Allí mismo, delante del mismo carro , nos sacamos una foto en grupo .
Después de comer unos helados, nos tocaba algo especial. Había que reconocer que los platos vascos preparados por los cocineros del Restaurante Casino eran muy buenos. El plato estrella seguramente son los percebes (barnacles). Por fuera se ven un poco feos, parecen las uñas de los pájaros. Con mucho miedo, cerrando los ojos, di un mordisco para
quitar la cáscara, resultó que en su interior se escondía algo muy fresco y con sabor a mar . Hemingway escribió una carta a su amigo de Mundaka, y al final de la carta, encargó a su amigo explícitamente: “tome algunos percebes por nosotros…”
Recomendaciones
El País Vasco de Hemingway
San Sebastián era el lugar favorito de Hemingway para sus vacaciones. En esta ciudad, no muy grande, hay varios restaurantes con estrellas Michellín, por lo cual está considera como la Capital de la Gastronomía Mundial. En 2016, fue Capital Cultural de Europa. Atrae a miles de turistas de todo el mundo por su gastronomía y su paisaje.
Guernica, es un pueblo muy tranquilo y que fue destruido casi totalmente durante la Guerra Civil Española. Los edificios antiguos todavía conservan señales de la guerra.
El Puerto de Bermeo, en cuya plaza se encuentra la heladería Helados Pereira.
Mundaka, municipio, donde se encuentra el Restaurante Casino, el mejor sitio para disfrutar de las bellísimas vistas al mar y probar los platos típicos del País Vasco que le más le gustaban a Hemingway, como los percebes (barnacles).
Bilbao, capital
El País Vasco tiene paisajes impresionantes. Antes de salir de viaje para Bilbao, planeábamos alojarnos por la zona. Aunque nuestro GPS se perdió , llegamos a una pequeña colina llena de flores , cuando paramos enfrente de la casa , la intuición nos dice que este es el lugar donde vive ahora John Hemingway y el lugar donde podría
haberse quedado su abuelo cuando vino por última vez .
Efectivamente, era un sitio maravilloso para pasar un rato tranquilo, disfrutando de un panorama magnífico del monte entre la cumbre y el valle.
Estábamos en el txokode Las casas de EaAstei, degustando un plato de bacalao con una copa de txakoli y escuchando a John Hemingway, quien nos contó lo que pensaba él sobre los toros y los toreros.
Txoko de Las casas de Ea Astei
Las casas de Ea Astei
Igual que a su abuelo, a John Hemingway también le gustan los toros. Ha ido muchas veces a San Fermín, donde ha corrido varias veces en el encierro. Afortunadamente nunca ha sufrido una cogida. Él me dijo con frases de un torero “La muerte está siempre, pero el torero solo demuestra la existencia de la muerte siendo valiente. Ser valiente, tener talento, mantener su elegancia cuando la muerte pasa a tu lado”. Un buen torero tiene que tener tantas aptitudes que no puede faltar ninguna. Me dijo que hace poco estaba viendo un ballet, y se dio cuenta de había muchas cosas en común entre el ballet y el toreo.
Mertxe Begiristain, la dueña de la casa rural EaAstei, también es una gran aficionada a Hemingway. Tiene una gran colección de cosas de Hemingway: libros, fotos, carteles, etc. Su hijo va a abrir una nueva casa rural y dentro de ella, Mertxe planea montar un pequeño museo sobre Hemingway.